Políticos y sindicalistas sonrientes en Moncloa: usan Europa como excusa para unirse frente a las protestas ciudadanas

En España se llaman Ana Garrido, la funcionaria del ayuntamiento de Boadilla que destapó el “caso Gurtel” oElpidio Silva, el juez que se atrevió a investigar y encarcelar al banquero Blesa. O la jueza Mercedes Alaya con el “caso de los ERE”. En el resto del mundo se llaman Edwar Snowdeno Julian Assange, por airear las tripas informáticas de los políticos. O Hervé Falcianiy Heinrich Kieber, los informáticos que denunciaron a los banqueros que daban cobertura a los evasores de impuestos en Suiza y Liechtenstein. Frente a esta valiente actitud, los partidos y sindicatos en España han optado por la contraria: los líderes de las tres principales centrales españolas Ignacio Fernández Toxo (CC OO), Cándido Méndez (UGT) y Julio Salazar (USO), acudieron al Palacio de la Moncloa para adular a Mariano Rajoy y a la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, con objeto de “rebañar” algunas subvenciones y favores del gabinete a cambio de su apoyo al pacto con el Gobierno. Antes había pasado por el aro el dirigente del PSOE,Alfredo Pérez Rubalcaba, que se ha ofrecido para más pactos en Educación y Autonomías e ir tejiendo así un pacto PP-PSOE que logre paliar el hundimiento de ambos partidos, como ha sugerido Felipe González. A este acuerdo se sumarán hoy en el Congreso otros tres partidos: Rosa Díez y su UPyD, Artur Mas y Duran Lleida con CiU y el PNV de Iñigo Urkullu. Ninguno votará en contra del pacto sobre Europa porque estas formaciones políticas “esperan un gesto del Gobierno y el PSOE para pasar de la abstención al sí”. Europa es la excusa de todos los que forman la partitocracia o casta en estado puro, cuando el euro está hundiendo a las economías más débiles de la eurozona y a los países del sur del continente. 

Rajoy y Rubalcaba buscan más pactos en Educación y Autonomías

El paro sigue golpeando a 6 millones de familias españolas, casi 50.000 niños españoles siguen pasando hambre, los Gobiernos nacional y autonómicos recortan sus únicas comidas en los colegios, los escolares carecen de libros para estudiar y los universitarios de becas, pero la clase política, sindical, empresarial y bancaria hace gala de su opulencia. Sus comedores privados siguen subvencionados a coste millonario, el jamón y el alcohol corren a borbotones, se hacen pomposas exposiciones de 2 millones de euros hasta para el piloto Fernando Alonso (pagada por el Canal Isabel II, que va a ser privatizado) y se derrocha en aeropuertos, trenes, tranvías, AVEs y carreteras inservibles para ser inauguradas a bombo y platillo. Son las célebres obras públicas, que se pagan a precio de oro a cambio de comisiones políticas bajo cuerda.

Frente a ellos, el periodista Ferrer Molina ha pedido ayuda a los funcionarios y profesionales españoles para que “levanten las faldas al sistema”. Son los nuevos héroes ciudadanos, aquellos que ponen su grano de arena contra la corrupción de la élite del país. Lo hacen incluso no ya por ellos, sino por sus hijos, para que hereden un país al menos habitable o mejor que el que estamos padeciendo por culpa de una voraz casta. Ha utilizado el “caso Snowden”, el informático que ha desvelado en EE.UU el espionaje masivo del poder a sus propios ciudadanos, para denunciar que “luego están quienes reprochan al pobre informático que busque refugio en Cuba o Ecuador –¡como si tuviera ocasión de elegir!– y quienes ¡desde los periódicos! le acusan de delator”.

Cándido Méndez ya ha visto a su amigo Díaz Ferran en la cárcel: los abrazos de un sindicalista a un corrupto son silenciados por la prensa

Por eso Ferrer Molina pide que los ciudadanos den un paso y denuncien de alguna manera los abusos de los que son testigos. Internet brinda unas enormes posibilidades para ello y los periodistas que aún quieran recuperar la fe en su oficio encontrarán un caudal de información que puede ser inagotable. El régimen, que ve como todo se le resquebraja, los llamará “delatores, arrepentidos, chivatos, soplones”, pero cree que hacen falta “tipos que, como Snowden, le levanten las faldas al sistema. Así vamos averiguando cómo se cocinó lo de Bárcenas, los ERE, las cuentas suizas de Mas o la fortuna de Urdangarin. Hay veces que sólo se puede ser digno siendo un traidor”, concluye. Y la traición hoy es ponerse de parte de la honradez para darle la espalda a los corruptos. Hoy se han unido Rajoy, Rubalcaba, Fátima Báñez, Cándido Méndez, Toxo, Salazar, Rosa Díez, Artur Mas, Durán Lleida e Iñigo Urkullu. Debemos agradecerles la mejor fotografía de lo que está ocurriendo en España porque los ciudadanos también nos estamos uniendo cada vez más frente a ellos.

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