Los Purasangres- Los no vacunados

 Cuando, en pocos meses, pretendan imponer un “Pase Vacunal” universal, es imprescindible que la respuesta social sea un contundente y unánime “NO GRACIAS”.

Si no nos preparamos para ese momento convenciendo a nuestro entorno tendente a la sumisión para que entiendan que si todos nos plantamos lo quitarán, nos lo van a colar.
Es como en las huelgas, los esquiroles las hunden.
Esas personas que por viajar, ir a bares o restaurantes o temor a que en sus trabajos les hagan algo no deben caer en esta trampa otra vez.
Háganles ver que los engañaron, que los purasangres siguen trabajando como médicos, enfermeras, pilotos, en tiendas, siguen viajando igual y yendo a bares sin haberse inoculado NADA.

Que no se vuelvan a asustar, su actitud nos hunde a todos.

Debemos negarnos y aguantar un poco, no ser blandos; si hay que retrasar un viaje unos meses no pasa nada.

La única forma de acabar con esta pesadilla es no pagar el rescate a los secuestradores.

Si estas personas poco concienciadas acceden a pagar el chantaje para obtener unos falsos privilegios a corto plazo, lo que hacen es perpetuar el problema para todos.

Los que se vacunan no lo hacen por solidaridad ni por los demás, dejen de mentirse, lo hacen o por miedo o por obtener su pasaporte. Ambos motivos son lo contrario a ser nobles.

Prepare a su entorno. Los secuestradores dejan de hacerlo si no obtienen su pago. Pero hay que luchar un poquito.

Si cuando lo intenten de nuevo no va ni Perry, lo quitan en semanas.
Si los mansos y egoístas de siempre acuden, al resto nos costará el doble salir.

Ni una inyección génica experimental más.

Si fueran efectivas estarían APROBADAS, y no lo están, siguen teniendo una inexplicable EUA (Emergency Use Authorization).

Si fueran efectivas serían obligatorias, pero no lo son. Por eso asustan haciendo creer a la gente que perderá su trabajo o su libertad para que acudan VOLUNTARIAMENTE (no olviden que aquí está la clave de todo).

No vaya, no pique, no hay peligro, es todo propaganda del miedo, no se protege usted de nada y se arriesga a morir.
No acepte amenazas, tenga dignidad.

Un manojo de instituciones globales financiadas por Gates, Soros, Rothschild, Rockefeller y otros tantos filantropófagos a los que nadie ha elegido democráticamente situaron a sus empleados en la OMS, la EMA, los CDC, la ONU, la OTAN, UNICEF, Greenpeace, WWF, y cuantas instituciones se manifiestan como instrumentos necesarios para engañar a los inocentes.

Los fondos de inversión globales BlackRock, Vanguard y otros similares controlan a los partidos, a los candidatos, las campañas electorales y nos colocan también a sus peones en los gobiernos de las naciones.
Cuando, en España, los crédulos crean que votando a Feijoo van a cambiar algo por librarse de Sánchez están jugando el juego, ambos pertenecen al mismo partido, se llama globalitarismo. Son una falsa opción, no caiga en la trampa. Feijoo terminará el trabajo que inició Sánchez, obedecen al mismo narcopatrón. En el resto de países es lo mismo, colocan a sus empleados que fingen dar opciones que no lo son.

También son dueños de los grandes emporios de los medios de comunicación, las canales de TV, las productoras de cine, etc. Por eso usted ve a todos los famosos decir lo mismo, si no lo hacen dejan de trabajar. Mire lo que intentaron con los que osaron hablar con Libertad. Cualquier cantante, actor, director, deportista, presentador o influyente que diga algo contra las inyecciones arruina su carrera y deja de ganar dinero al instante, además de ser destruida su fama y su prestigio.

¿Por qué harían esto los globalistas si, como dicen, tuvieran la verdad científica?

No tendría sentido. Lo hacen porque nos están engañando y no pueden permitir que cierta información veraz llegue a la gente y les haga pensar.

Nadie que tenga razón censura. Solo censuran la dictadores que ocultan la verdad. Solo este detalle debería ser suficiente para que todo el mundo desobedezca, dude e investigue.
Por eso, apreciados aulladores, aprovechen la tregua para convencer y preparar el próximo ataque.